miércoles, 11 de abril de 2007

Bon Nadal






El espíritu navideño me caló hondo el año pasado y, que mejor manera de celebrarlo, que convirtiéndome en un objeto más que adorna y da fervor a estos días duros de invierno. Sin duda alguna, la mejor manera de vivir en propia carne el espíritu navideño, es pasando a formar parte de él, por lo que qué menos que convertirme en árbol de navidad, donde todos pudieran dejar sus regalos y, disfrutar así - en el rincón donde los jardineros me habían plantado y adornado - de una velada en la que el espíritu navideño me recorría las entrañas (o era la savia??). Ya lo dicen, ya, que una de las tres cosas que todo ser humano debe hacer durante el transcurso de su vida, es plantar un árbol… Espero que el que le planten a uno también sirva; ahora ya puedo diñarla. Y es que en el fondo, no hay mayor placer que el de poder servir de adorno y más en unos días donde todo se vuelve tan irreal.


...angel_negro.


2 comentarios:

unamas dijo...

Por suerte lo irreal se difumina completamente al leer tus palabras y ver tus imágenes.
Es un placer poder estar aquí y contemplarlo.
Me encanta el blog.
Un beso guapa.

angel_negro dijo...

El placer es mío de poder compartir también este espacio contigo.

Petonets ;-)