martes, 29 de mayo de 2007

Lagartijas



Ahora que empieza el calor y el buen tiempo, poder tumbarte al sol como un lagarto es un placer inmenso. El calor de los rayos del sol intensifica el olor de la goma pegada sobre el cuerpo. Por mi corto tamaño, diría que más bien pertenezco al género de las lagartijas en vez de al de los lagartos pero mi cuerpo, con la evolución, perdió las escamas que lo recubrían para quedarse revestido con la suavidad del látex. Aún conservo una larga y fina cola de reptil pero a diferencia de mis antepasados, yo ya no puedo desprenderme de ella para huir de un posible predador. Para ello, la evolución me ha dotado de otras cualidades quizás igual de escurridizas y con la misma capacidad de regeneración.

Aquel día, cuando las nubes se evadieron para dar cabida al sol, buscamos rápidamente un tronco exento de follaje para recibir del caliente astro nuestro baño diurno. Una vez cargadas las pilas, hay que seguir con el ciclo de vida así que bajamos del tronco para buscar algún gusano con el que poder llenarnos el estómago.



… angel_negro.


lunes, 21 de mayo de 2007

Muñecas



Dentro de un cuadro, mil y una pinceladas aquel día nos transportaron al lugar del pasado donde los juguetes se mecían entre nuestras manos. ¿Que es lo que ha cambiado desde entonces? Yo diría que nada o quizás las manos que las mecen despacio; ya en aquellos tiempos, me limitaba a sentarme sobre el suelo y mirarla a los ojos. Así pasábamos las horas: las dos esperando que alguien cambiara nuestra postura y nos diera movimiento. Las dos esperando una mano que nos sacara del armario y jugara con nosotras, que nos vistiera, nos desnudara, nos agarrara con fuerza del cabello para lanzarnos bajo la cama… Y con el transcurso de las horas, ella seguía conservando su porte y yo me desesperaba por lo que nunca he tenido muy claro, quién era entonces la que jugaba con quién.

Hace años, topé con algo rebuscando entre cajones. Era la vida y obra de Hans Bellmer y su visión sobre la muñeca me impresionó. Pintor, escultor y dibujante, Bellmer construyó una muñeca a tamaño real, esculpida con papel y pegamento, pintada y a la que la dotó de articulaciones. A ella, le impuso toda clase de metamorfosis, de poses en situaciones eróticas, sadomasoquistas e incluso trágicas, que adornaron en blancos y negros sus fotografías. Su objeto erótico y sensual era a su vez un ente sin vida, maleable e impetuoso… una mezcla compleja que llega a veces a contradecirse. A ella no hacia falta mirarla a los ojos para ver, a través de las escenas en las que se recreaba, que la vida y la muerte pueden no ser contradictorias pues aquella marioneta inerte, desprendía una viveza tal que llegaba a impresionar.

Aquel día, los blancos y negros también adornaron el retrato pero cambiamos el papel por plástico y el pegamento por goma sobre el cuerpo. No hubo escenas trágicas tan sólo un bello retorno hacia la infancia y añadimos en la estampa, tres viejas amigas enanas pero en él, también, la vida se solapaba con el metabolismo inerte de aquellos entes.



…angel_negro.


jueves, 10 de mayo de 2007

La espera


Dicen que la paciencia, es una virtud. Yo añadiría que una virtud de muy pocos; tarde o temprano, en un mundo donde el tiempo nos tiene tan engullidos en su espiral, los minutos acaban pesando. Por suerte, todo cambia cuando traspasas el umbral de tu dulce morada. Allí las paredes ya no hablan, ya no piden, ni tan sólo reclaman una mano rápida de pintura acrílica y entre ellas, se olvida la palabra paciencia porque la espera pierde su significado. Te limitas a quedarte absorta, ensimismada en la nada, pendiente tan sólo de esa manilla del reloj que gobierna tu pulso con decisión. A veces su tic-tac me desconcierta y el martilleo de sus agujas me recuerda que aún hay tiempo y con él, espera.

En la habitación no hacen falta luces cuando el sol clarea. Fuera, siempre es negra noche y nos valemos de ello para ver nuestras sombras contemplando los tabiques incoloros. Llega la hora de salir y volver a una ajetreada jornada, tiempos marcados y prisas momentáneas pero ella permanece allí, pegada a la estampa, sin esperas, ni prisas, ni siquiera paciencia le queda; se la llevo su cuerpo mientras ella sigue absorta en el tic-tac de aquella manilla que maneja su pulso.



... angel_negro.

domingo, 6 de mayo de 2007

Capullos








En estos tiempos y, ahora que está tanto de moda, salir del armario siempre puede representar un gozo para según que multitudes; otros, en cambio, preferimos salir del capullo. Siempre había sido algo que deseaba hacer. Ya de pequeña, cuando en el colegio nos dieron la labor de cuidar gusanitos de seda dentro de una caja de cartón para poder ver la metamorfosis que se producía cuando salían de sus capullos para pasar a ser mariposas, conseguían llamar prodigiosamente mi atención aquellos huevos pequeños formados por hileras y hileras entrecruzadas de fina seda que parecía plástico. Me preguntaba cómo debía vivirse dentro de una cáscara como aquella, cómo sería el transcurso del tiempo dentro de ese cascarón pequeño… Cuando el experimento había llegado a su fin y aquel bicharraco feo que pretendía ser una mariposa salía de su huevo, perdía para mí ya toda clase de interés y me olvidaba de ella para centrarme tan sólo en aquel caparazón roto.

A veces, pensar en voz alta está bien, sobretodo, cuando te das cuenta que a tu lado hay personas que han imaginado lo mismo, que se han hecho las mismas preguntas que tu siendo niña, que han deseado saber como será la visión de un enorme capullo de seda y cómo se ve el mundo desde su interior.

Dicho y hecho, creamos el capullo de seda de la nada. En su hábitat, nada de cajitas de cartón medio destartaladas sino un buen árbol que lo sujetara y allá en su tronco, metros y metros de plástico fueron formando la cápsula que me albergaba como gusano negro en su interior. La sensación una vez dentro de tu caparazón, me resultó realmente exquisita y aunque sobrecogedora, sentida como si toda la vida la hubiera pasado ya dentro de un capullo de seda blanco (… quizás es así y por eso hay quien dice que vivo en mi mundo a parte…). La visión de aquello que te rodea, cambia totalmente cuando te cubren de capas y capas de plástico que te inmovilizan y llenan de sosiego tu alma. El mundo se ve cristalino a través del capullo y sientes, como aquel caparazón protege tu cuerpo del mundo exterior. Eso sí, para dar final a la metamorfosis había que romper la sedosa cápsula plástica aunque… dejamos las mariposas para verdes prados y allí entre la maleza, era tan sólo aquel negro gusano el que rompía de forma vivaz su cáscara para salir de su caparazón.


… angel_negro.

Visiones


Y Dios puso una mano en mi frente y me susurró: “A ti te haré a imagen y semejanza de tus iguales pero jamás ocuparás el mismo escalón que ellos. Tu sitio estará por debajo, entre lodos y barrancos, fuera de la homogeneidad de toda especie, serás formada por la ambigua mezcla de todas ellas”. Y así sucedió… Dicen que mi lengua es bífida como la de una serpiente y que mis uñas, afiladas como agujas, son propias de cualquier felino de cuatro patas y peludo; seguiría hablando de eso pero tendría que sacar aquí el Arca de Noé y, la Biblia, se me queda grande para abarcar mi simple misticismo terrenal. Esos tomos se los dejo a otros.

A veces, creo que estoy condenada pero otras, como la de esa jornada, veo que mis uñas sirven para trepar al tejado más alto del pueblo aunque mi parte fetichista, me impidió quitarme los tacones de aguja. Visto de ese modo… quizás es una suerte ser una mezcla de todo. Ya lo dicen que: por la noche, todos los gatos son pardos así que cuidado… puede ser algún que otro bicho disfrazado de felino el que se mueve por la oscuridad.


… angel_negro.

viernes, 4 de mayo de 2007

Camuflaje


Para la mayoría de animales, las formas y tonalidades que adquieren en sus cuerpos, les sirven como eficaz camuflaje para hacerse invisibles en el medio en el que deben subsistir. Pero muchas veces, el color y la forma, no son modos únicos para hacerlo y resulta mucho más eficaz y gratificante replantear también un cambio de conducta para adaptarte plenamente al hábitat al que te pegas. Ese día, adquirir la forma y textura de una hoja fue fundamental; despejar la mente hasta sentir como el aire te balanceaba entre la maleza y las hiedras... Dicen que ver las cosas desde fuera siempre da otras perspectivas. Yo llevo oyendo esa frase toda mi vida y aún no soy capaz de comulgar con ella pues para mí, lo que realmente me da otras perspectivas, es ya no sólo llegar a ver las cosas desde su interior sino en si mismas, hasta ser capaz de sentirte parte de la naturaleza que la forma.

Nos costó traspasar el umbral que daba entrada a aquella morada derruida por el abandono en el tiempo. Fuera, el día era gris y el terreno seco pero, una vez dentro, las piedras tomaron preciosos colores entre cristaleras rotas y las hojas crecían verdes en un jardín, que alguna vez, fue cuidado y habitado por seres a los que no les hacía falta recubrirse de goma para subsistir en el medio. Cómo cambian las cosas, no? Y que rápido avanza el tiempo cuando eres capaz de olvidarte del cuerpo.



... angel_negro.