martes, 29 de mayo de 2007

Lagartijas



Ahora que empieza el calor y el buen tiempo, poder tumbarte al sol como un lagarto es un placer inmenso. El calor de los rayos del sol intensifica el olor de la goma pegada sobre el cuerpo. Por mi corto tamaño, diría que más bien pertenezco al género de las lagartijas en vez de al de los lagartos pero mi cuerpo, con la evolución, perdió las escamas que lo recubrían para quedarse revestido con la suavidad del látex. Aún conservo una larga y fina cola de reptil pero a diferencia de mis antepasados, yo ya no puedo desprenderme de ella para huir de un posible predador. Para ello, la evolución me ha dotado de otras cualidades quizás igual de escurridizas y con la misma capacidad de regeneración.

Aquel día, cuando las nubes se evadieron para dar cabida al sol, buscamos rápidamente un tronco exento de follaje para recibir del caliente astro nuestro baño diurno. Una vez cargadas las pilas, hay que seguir con el ciclo de vida así que bajamos del tronco para buscar algún gusano con el que poder llenarnos el estómago.



… angel_negro.


No hay comentarios: