lunes, 2 de julio de 2007

La virtud de la obediencia



Cuentan, en las horas de sermón de alguna iglesia, que siempre hay algo que nos enseña el camino del más bello ideal; que nos muestra, con su ejemplo, el modelo más puro y elevado de perfección y nos invita a la gloria del dolor eterno…

Sor presa

Contemplándose a través del espejo, vio vislumbrarse un reflejo, virtud admirable que, pese a su hábito, aún desposeía su espíritu: la virtud de la obediencia absoluta.

La cruz ya está erguida y los hierros cosen al madero su carne y su alma. Tuvo que lanzarlo todo al río y quedarse tan sólo con los fines después de que el demonio la tentara exaltando su orgullo con las más dulces apetencias de la carne y el espíritu. Se deshizo de él y se empeñó en ver la gloria y la dicha ocultas en el dolor y el sacrificio. Miro al pasado y vio cuantas veces su voluntad había sido doblegada por la contradicción. Se deshizo de ella también, la ató, para cambiarla por una entereza de acero. La calavera no habló; permaneció callada para no estropear el momento de la crucifixión. Se despojó de la cruz que colgaba en su cuello pues a partir de entonces, la noche le advirtió que los atrezzos innecesarios pesan y entorpecen el camino del Señor. Vio preciso convencerse de la necesidad de saberse gustosamente mortificada para alcanzar la corona de espinas que yacía en la cima de algún lugar del que había oído hablar.

Sí quis vult post me venire… No cabe otro camino que tomar la cruz y seguirte.

Cerró para siempre los ojos de la cara con los ojos del alma y atravesó el cristal de aquel espejo que le enturbiaba la vista para emprender el gustoso camino hacia la consagración de la obediencia.


...angel_negro.

1 comentario:

BELMAR dijo...

Dejo una cordial invitación

al relato " Spanking ",

en el blog Palimpsesto.

Saludos!

B.